Vengo intentando emprender toda mi vida, muy pequeña vendí limonadas en casa de mis abuelos, a mis abuelos, con los limones de mis abuelos.
En el colegio vendía lapiceros con brillos, mi mamá viajaba mucho y me traía útiles muy bonitos, y siempre me los pedían prestados. Así que conseguí en una librería cerca a mi casa, lapiceros similares, y los empecé a vender por un precio más alto que el costo de comprarlos.
A los 17 años tuve mi primera marca, Arilá Accesorios, hacía y vendía collares, pulseras, aretes. Compraba los materiales en visitas al mercado central, acompañada de mi abuela o mis tías. En esta experiencia me robaron por primera vez también. Una aventura. Todo empezaba en un papel con colores, e ideas conceptuales, y se transformaba en una pieza que cualquier persona podía usar.
Desde este punto debí haber descubierto cuánto me interesa conectar con el proceso creativo, hasta el comercial o administrativo.
Tuve que dejar mi emprendimiento de joyería, cuando empecé a practicar para una reconocida marca de cosméticos, me apasionó mucho mi trabajo y en ese momento decidí que ese sería mi camino.
Estaba en último año de la universidad, mi mejor amigo, a quien había conocido por la compartida pasión por emprender, estaba muy confundido. Él tan seguro de ser emprendedor al 100%, viendo el mismo deseo en mí, cuestionandome siempre, si realmente quería seguir trabajando para alguien más. Ni yo entendía mi decisión, pero la disfrutaba. Los años nos enseñaron, que hay infinitas maneras de concretar un sueño o un deseo. Hoy él es una de las personas que más admiro, pero ese será otro artículo.
Avanzando en mi vida profesional, volví a tener algunos trabajos que fueron más
equilibrados a nivel de tiempo personal, y cada minuto libre lo usé para probar nuevas ideas: pinté cuadros, hice tutús para niñas con tul, una tienda virtual de ropa de segunda mano, hasta intenté involucrarme en algunos proyectos de otros emprendedores, que nunca llegaron a mucho.
En el 2017, re conecto nuevamente con este instinto cavernícola de encender el fuego, o así lo llamo. Mi corazón latía fuerte cada que una idea viene a mi cabeza, y mi cuerpo solo reaccionaba para darle vida. Pasé 7 años a partir de ese momento, como emprendedora, con esta marca, Ara Retadora, mientras trabajaba en una de las empresas de retail más bonitas en las que he estado, los que me conocen saben de qué supermercado les hablo.
Me despertaba todos los días temprano, me gustaba ser la primera en llegar a la oficina o en conectarse. Llevaba lonchera, por dos razones, para ahorrar, y por si me tenía que quedar en mi escritorio durante el almuerzo. Hubieron días en los que salí muy tarde, otros en los que respeté mi horario. Hacía deporte. Y luego empezaba mi siguiente turno. Noches, feriados, fines de semana, vacaciones, dedicados a mi “side job”, “emprendimiento”, “segundo trabajo”, como quieran llamarle.
Escribo esto en setiembre del 2023, cumpliendo 9 meses de emprendedora full time. Y sí, los intentos anteriores me enseñaron MUCHO. Pero creo que no tanto, como estos últimos meses de avalanchas emocionales, montañas rusas mentales y éxtasis creativos.
Hace un mes me invitaron a dar una charla en la Feria Internacional del Libro de Lima, y la propuesta para esta exposición era: 5 pasos para emprender. Para mí fue realmente complicado entender el viaje hacia el emprendimiento como un proceso estructurado en pasos específicos, creo que es todo lo contrario. Es un proceso que involucra a un soñador, o a alguien con una idea, y eso humaniza el concepto del emprendimiento al 100%. Además, que en mi pellejo, no podía concebir lo ya vivido con una estructura.
Por eso, les pedí re plantear un poco el título, de hecho lo hice en plena ponencia. Le pedí al público que se olvide del título que habían leído para atreverse a entrar al auditorio. “No puedo resumir emprender en 5 pasos, ni pretender que los sigan, pero les he traído un acróstico, porque escribo cuentos, y bueno, es lo que se me ocurrió”, les dije.
5 claves, que en los últimos años y meses, he aprendido, a la buena y a la mala. Y que me han hecho dar cuenta que, cualquier persona que esté en el camino a convertirse, o siendo emprendedor, debería tomar en cuenta: EMPRO
E: Educación, experiencia, emprendimiento
Paga piso. Sí, probablemente esta idea ha quedado un poco en el pasado, hoy salimos de la universidad hiper empoderados, listos para ser CEO, CFO, COO, dueños de una start up, directores creativos, dueños de una agencia, etc. No hay nada de malo en eso, vivimos en constante evolución y el empoderamiento es parte fundamental de ese desarrollo cognitivo y emocional. PERO, solo te puedo decir que, cuando he tenido que tomar decisiones difíciles, he recurrido a pensamientos como: “que habría hecho este gerente comercial en este momento?”. Refiriéndome a ex jefes que admiro mucho. “Cómo hubiera manejado esta situación con el equipo mi jefa xxxx?”. Recordando buenas líderes que tuve en mi vida profesional. Ya sea trabajando para ellos, o compartiendo tiempo con ellos, aprende de empresarios con harto millaje. Invítalos a tu junta directiva. Consíguete un mentor. Los años no son en vano, la juventud es fervor enérgico, pero la vejez, en el mejor sentido de la palabra, es sabiduría. También vivimos en la era de: “ya no iré a la universidad porque quiero ser youtuber”. Nuevamente, no hay decisión buena o mala. Pero sí te puedo decir, que mi conexión con habilidades creativas, se la debo a distintas especializaciones en moda, innovación y talleres extra curriculares. Que mi manera de ver las distintas áreas de un negocio como engranajes de una gran máquina, la aprendí en la universidad. ue las estructuras y procesos más funcionales de mi negocio los aprendí en mi maestría. Que mis habilidades para trabajar en equipo, negociar y entablar conversaciones que decanten en oportunidades, las aprendí en ambos. Bueno, y genética, mi papá es bueno con la labia y mi abuelo con las letras. Supongo que heredé eso de ellos.
M: Mercado
Si aún no sabes en qué emprender pregúntate: ¿Qué problema quieres solucionar y cuáles son las características de las personas que necesitan esa solución? Si ya estas emprendiendo y te sientes un poco perdido pregúntate: ¿Qué problema quieres solucionar y cuáles son las características de las personas que necesitan esa solución?
No lo digo yo, los mejores gurús el mundo de los negocios, hablan de la importancia de enfocarnos en algo que hoy en día requiera una solución o un re diseño. Los problemas o dilemas, se acabarán jamás. El ser humano vive en constante cambio, y su entorno debe hacerlo también. Adivina quién lidera ese cambio, TÚ. ¡Con tu iniciativa de emprendedora o emprendedor!
Escúcha a ese mercado al que le quieres ofrecer tu solución, constantemente. Antes, durante y después de cada proyecto, por qué crees que se inventó la iteración? Más allá de promover agilidad, se creó para co crear con el usuario. Y dejar de lanzar productos y servicios al mercado, sin retroalimentación del público que atenderá.
¿A qué bolsillo atiendes? Dentro del presupuesto personal de ese mercado objetivo, estas en su partida de necesidades, deseos o lujos. Y habiendo establecido esto, cuándo estarían dispuestos a gastar en esa partida, analizando la capacidad adquisitiva de la geografía en la que entrarás en acción? Ahora entiendo por qué en la universidad me insistían en presentar data del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) para cada entregable.
¿Cuál es el tamaño de tu mercado después de esas dos preguntas?
P: Propósito
Conecta con eso que te dará la fuerza suficiente para persistir. Más allá de la idea cliché que escuchamos hoy, de la importancia de “vivir de nuestro propósito en el mundo”, la cual yo misma predico en mis talleres. Cliché o no cliché, lo vivo en carne y hueso, así que cliché seré.
Pero hay un punto más, emocional y motivacional, en este mundo del propósito. Si no te hierve la sangre lo suficiente en lo que haces, las complicaciones pueden ser capaces de detener tu camino. ¿Qué tan fuertes son tus ganas de llegar a tu destino? Te advierto, la ruta tiene más tráfico que la javier prado (o vía expresa de tu ciudad) en hora punta. Vas a tener que esquivar más huecos que en cualquier área asfaltada cerca a una urbanización con constantes construcciones. Y necesitarás una 4x4, porque rutas asfaltadas serán la minoría del camino, vas a tener que meterte al bosque, a la arena, al lodo. Y crear el camino con la cocada de ese vehículo que te moviliza.
Perdón por la poesía vehicular, pero, espero que se entienda la idea.
Tu claridad de propósito, te regalará el camino al problema que quieres solucionar. Tu convicción de propósito, te regalará la fuerza para emprender y amar el camino.
R: Rentabilidad
“Quiero llegar a punto de equilibrio en el primer año de mi negocio”, empecé diciendo en los primeros meses de Edufina, mi empresa. Aún no se cumple el primer año, pero estoy lejos, lo confiezo. ¿Ingenua al decirlo? ¿Demasiado optimista? No sé si lo llamaría así, creo que si lo vemos del lado bueno, estoy bastante enfocada en lo importante que es que este sea un negocio rentable. Podría empezar a escribir de mi teoría de cómo se negativiza la rentabilidad en la sociedad actual, pero no quiero politizar demasiado en este espacio. Lo que sí te quiero decir, es que de la rentabilidad depende el presente, futuro y crecimiento de tu negocio. Y si crees lo suficiente en el buen impacto que puede generar la o las soluciones que vienes diseñando en equipo, entonces encontrar la manera de ser rentable será la clave para que puedas seguir aportando a tu mercado, comunidad, o público objetivo. Encuentra tu producto o servicio vaca lechera. ¿Qué significa esto? No todo lo que crees o diseñes te dará “plata”. Pero sí es importantísimo, que tengas claro qué es eso que tienes que traerá el dinero a casa. Entiende bien el objetivo de cada producto que ofreces. No te sesgues con el objetivo de tu negocio o lo que más disfrutas ejecutar. Libera tu camino visual, para que puedas ver oportunidades que generen dinero. Aquí también ayúda muchísimo la asesoría de un mentor, o alguien que esté fuera del negocio. No te digo que tengas que alejarte de la naturaleza de tu solución, pero si estas atendiendo un cliente en proceso, un cliente al cual estás recién educando, entonces ofrécele algo a lo que sí esté acostumbrado a consumir en el presente, para que ese dinero financie el proceso de educarlo y llevarlo a consumir tu solución soñada. Si fui un poco confusa en esta parte, por favor cuéntamelo en la parte inferior de los comentarios, valga la redundancia.
O: Oportunidades
A lo largo de mi vida, y esto le agradezco a mi mamá, he podido ver distintas realidades. Escuchar muchos testimonios, de personas con distintas historias de vida y realidades. Y hoy te puedo asegurar, que la energía de las oportunidades, está en el universo disponible para el que la quiera. Están en tu empuje. Están en tu personalidad, hay personas con mayor vocación de trabajo de esfuerzo físico o mental, trabajo a fin de cuentas. Están en tu capacidad de generar red de contactos, networking. Están en tu pasión al hablar de tus proyectos. Están en tu coherencia con lo que predicas. Están en tu historia. Están en habilidad para buscar soluciones. Están en tu círculo de abundancia, creado a partir de lo que das a otros. Oportunidades, están ahí para tí. Aprende a verlas, edúcate para no desperdiciarlas.
Disfruté escribirte estas letras. Cada artículo es un viaje para mí. Al pasado, en el presente, al futuro que anhelo. No soy gurú, no soy millonaria, no soy exitosa (en el concepto de éxito de la sociedad). Soy una aprendiz, una exploradora, a la que le gusta compartir su camino. Y aquellas cosas que creo que valen la pena ser escuchadas. En cada una de estas oraciones hay consejos, libros leídos, clases asistidas, profesores, mentores, jefas, líderes, etc.
Escribir esto me hizo cuestionarme, ¿un emprendedor nace o se hace?
Nos vemos en un siguiente artículo para seguir compartiendo, no olvides contarme, si este espacio, te ayudó en algo. Me vas a regalar cosquillas de felicidad en el corazón.
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